Golpe de Estado en Perú, Velasco Alvarado derroca a Belaúnde y anuncia Revolución Nacional


Lima, Perú, 3 de octubre de 1968 – En un sorpresivo y decisivo golpe militar, el general Juan Velasco Alvarado ha tomado control del gobierno peruano, derrocando al presidente Fernando Belaúnde Terry. La madrugada del 3 de octubre, las fuerzas armadas, lideradas por Velasco, ocuparon puntos clave de la capital y tomaron la residencia presidencial, instaurando una nueva junta militar que marca el inicio de un profundo cambio en la política del país.
Este golpe de Estado, que ha conmocionado a la nación, responde a una creciente insatisfacción dentro de sectores militares y sociales por las políticas económicas de Belaúnde, que muchos consideraban ineficaces para combatir la pobreza y la desigualdad. Velasco, al asumir el poder, ha prometido una "Revolución Nacional" que, según sus palabras, buscará devolver la dignidad al pueblo peruano y redistribuir la riqueza en beneficio de las clases más desfavorecidas.
En las primeras horas de su gobierno, Velasco anunció la nacionalización de industrias estratégicas, como el petróleo y la minería, y una reforma agraria radical que promete expropiar tierras de grandes latifundistas para entregarlas a campesinos. Estas medidas, que desafían los intereses de las élites económicas, han generado tanto apoyo como preocupación entre distintos sectores de la sociedad.
El golpe de Velasco ha sido recibido con cautela por la comunidad internacional. Mientras algunos países latinoamericanos observan con atención los movimientos del nuevo gobierno, otros temen que el Perú siga el camino de Cuba y se acerque a la órbita socialista. En el país, la noticia ha dividido a la opinión pública: mientras los campesinos y sindicatos celebran la promesa de una transformación radical, los sectores empresariales y conservadores ven con temor la consolidación de un régimen militar.
A medida que pasan los días, se perfilan las primeras tensiones internas, pero la Revolución Peruana, como la ha denominado Velasco, está en marcha. Los próximos meses serán decisivos para determinar si este golpe se consolida como el inicio de una verdadera transformación social o si se enfrenta a la resistencia de los grupos opositores.
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