Esmaltes con químicos cancerígenos: lo que Europa ya prohibió y aún circula en Perú
- Redacción El Salmón

- 18 sept
- 4 Min. de lectura

Desde hace tiempo, la belleza dejó de ser solo cuestión de estética: también es un tema de salud pública. El 1 de septiembre de 2025, la Unión Europea dio un paso histórico al prohibir dos sustancias que hasta entonces formaban parte de miles de esmaltes semipermanentes y geles para uñas: TPO (Trimethylbenzoyl Diphenylphosphine Oxide) y DMTA (N,N-dimetil-p-toluidina).
No se trata de un capricho ni de una moda regulatoria. Estos compuestos fueron clasificados como cancerígenos, mutágenos y tóxicos para la reproducción. En palabras más simples: aumentan el riesgo de cáncer, pueden afectar la fertilidad y dañar el material genético. Desde el mismo día en que entró en vigor la norma, cualquier cosmético que los contuviera quedó fuera de circulación en Europa.
Detrás del brillo perfecto, químicos de riesgo
Cuando pensamos en un esmalte solemos imaginar un producto inocuo: color, brillo, durabilidad. Pero lo que hace posible ese acabado impecable es una fórmula química compleja.
El TPO actúa como un fotoiniciador: permite que los esmaltes en gel se endurezcan bajo las lámparas de luz UV o LED, ese paso final que da resistencia al manicure. El DMTA, por su parte, funciona como activador o acelerador en la mezcla. Son claves para que el producto sea atractivo, pero también son los responsables de un dilema mayor: en las concentraciones necesarias para que funcionen, estos compuestos representan un riesgo para la salud a largo plazo.
Europa dijo basta. ¿Y el Perú?
La noticia no tardó en cruzar el Atlántico. Días después de la decisión europea, Indecopi en el Perú lanzó una advertencia: algunos esmaltes y geles semipermanentes vendidos en el país podrían contener estos químicos prohibidos en Europa.
El problema es que la alerta no vino acompañada de una lista clara de marcas ni de lotes. Tampoco la DIGEMID (la autoridad nacional de medicamentos y cosméticos) ha emitido hasta hoy una directiva concreta que obligue a retirarlos del mercado.
Eso significa que, mientras en Europa fueron retirados de inmediato, en Lima, Cusco o Trujillo estos productos pueden seguir usándose en salones de belleza o venderse sin restricciones.
El impacto en salones y trabajadoras
Para quien se pinta las uñas de forma esporádica, los especialistas explican que el riesgo inmediato es bajo. Pero la historia cambia en los salones de belleza, donde las manicuristas manipulan estos productos todos los días, en ambientes muchas veces sin ventilación adecuada.
Ellas son las más expuestas: inhalan vapores, trabajan con grandes cantidades de esmaltes y pasan horas en contacto directo con fórmulas que Europa ya reconoció como potencialmente cancerígenas y dañinas para la salud reproductiva.
En otras palabras: la prohibición no solo buscó proteger al consumidor promedio, sino sobre todo a las trabajadoras de la belleza, quienes cargan con la mayor parte del riesgo.
¿Qué pasa con las marcas?
Aquí está la parte más confusa. En Perú circulan marcas internacionales como Masglo, Semilac o ProNails, entre muchas otras. Algunas de ellas han anunciado versiones reformuladas y libres de TPO, promocionadas con etiquetas “TPO-free”. Pero no todas han hecho lo mismo, y en varios catálogos internacionales aún aparecen líneas con estas sustancias.
La falta de transparencia es evidente: ni Indecopi ni DIGEMID han publicado una lista de productos seguros o inseguros. En consecuencia, el consumidor peruano queda atrapado en un terreno incierto, obligado a revisar etiquetas con nombres químicos difíciles de identificar o a confiar en la buena fe de distribuidores y salones.
Lo que falta en el Perú
La advertencia de Indecopi dejó en claro que este no es un debate hipotético: los químicos existen, se usan y ya están prohibidos en Europa. Sin embargo, el vacío de información en el Perú genera un escenario peligroso: los consumidores no saben qué están comprando ni aplicando, y las manicuristas no tienen garantías mínimas de seguridad.
Lo urgente es que las autoridades peruanas:
Realicen análisis de laboratorio para identificar marcas y lotes con TPO o DMTA.
Publiquen una lista oficial de productos prohibidos, como ocurre en Europa.
Exijan transparencia a importadores y distribuidores.
¿Qué hacer mientras tanto?
Aunque la regulación peruana sigue en pausa, los consumidores y salones pueden tomar algunas precauciones concretas:
Revisar con atención la lista de ingredientes en las etiquetas.
Aprender a identificar los nombres químicos peligrosos (TPO y DMTA).
Pedir a distribuidores la ficha de seguridad del producto (SDS). Si se niegan, es una señal de alerta.
Optar por marcas que garanticen públicamente estar libres de estas sustancias.
En los salones, exigir ventilación adecuada y usar guantes como medida de prevención.
Un riesgo que no se puede maquillar
Lo que Europa ya prohibió por riesgo cancerígeno sigue circulando en el Perú. La alerta está dada, pero sin acciones firmes, el país se expone a repetir la historia: ser un mercado de descarte donde terminan los productos que en otras partes del mundo ya no se permiten.
La belleza no debería costar salud. La información existe, la evidencia científica está probada. Lo que falta es decisión política y un compromiso real con quienes todos los días trabajan detrás de ese brillo perfecto que millones de personas llevan en las uñas.













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