Beca 18 en grave riesgo
- Joseph Dager Alva
- hace 5 días
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Entre el gobierno de Boluarte y el de Jerí, que en realidad es el mismo gobierno, se están empeñando en acabar con Beca 18, y, aunque parezca mentira, la razón tal vez se deba a que es el programa social más exitoso que tiene el Estado peruano.
Sucede que el Ministerio de Educación de Morgan Quero y el Pronabec de Alexandra Ames, ofrecieron que, para el año 2026 tendríamos 20.000 becas, quizas como una forma de subir la aprobación de su jefa Boluarte. Pero no hicieron un cuidadoso seguimiento para que el MEF incluyera en el presupuesto los recursos necesarios.
Extraña sobremanera este desprolijo accionar por parte de Ames, una joven funcionaria de comprobada experiencia y seriedad en el manejo de la gestion pública. Ella culpa al MEF, al no haber sabido leer una hoja Excel, y eliminar una columna, en un error realmente estúpido, volándose así el dinero destinado a las 20.000 nuevas becas. Los que hemos tenido la oportunidad de dirigir instituciones públicas, sabemos bien que no basta con enviar documentos al MEF, sino que, literalmente, hay que “perseguir” a esos técnicos, insensibles por lo general, en especial cuando se trata de proyectos culturales, de educación o programas sociales, a los que no le ven rédito inmediato. Molestar, fastidiar, casi torturar diariamente a esos técnicos, y sustentar hasta altas horas de la noche ante las autoridades del Ministerio, es la única manera de asegurarse de que se incluya lo solicitado, en el Presupuesto General de la República que el MEF presenta al Congreso.
Llegó Jerí al mando, y su MEF no incluyó los recursos para invertir en las nuevas 20.000 becas, y el Presupuesto se aprobó sin ellos. Sobrevino el esperable escándalo, y nuestros impresentables congresistas intentaron una utilización política de esta terrible noticia. Incluso engañaron a la opinion pública afirmando que habian solucionado el desaguisado. Pero, no lo hicieron, lo que lograron fue habilitar los recursos sólo para 2,000 becas, cuando desde hacía años, se otorgaban 5,000, lo que luego aumentó a 10.000. Además, el Congreso autorizó al Minedu para que haga cambios en su presupuesto aprobado, y retire dinero de algunas partidas para pasarlo a la de Beca 18. Pero el dinero no sobra, por eso es impracticable la supuesta solución de nuestros parlamentarios de desvestir a un santo para vestir a otro.
La iniciativa de Beca 18 se remonta a finales del 2012 cuando el Pronabec lanzó la primera convocatoria. La promoción inaugural empezó sus estudios universitarios en el 2013. Es un programa con 12 años de existencia, en la práctica es ya una política de Estado, pero requiere de una ley para protegerlo de esos funcionarios descuidados, que no planifican, o de esos obtusos, presos de la tiranía del número, y que no saben qué hacer con lo que tiene un valor intangible.
No me gusta llenar mis articulos de cifras porque soy un convencido de que lo que tiene valor intrínseco no requiere de indicadores mensurables, sino de visión, de horizonte, de vocación por cerrar brechas. Pero, cedere a algunas cifras. Beca 18, al dia de hoy, ha beneficiado a casi 100,000 jóvenes peruanos. El año en curso más de 10,000 lograron acceder al Programa. Para el 2026, existen más de 97,000 alumnos aptos (que han sido focalizados según los mecanismos con los que cuenta el Estado peruano), que empezaron su proceso creyendo que competirian por 20,000 becas, y ahora se enteran de que serán sólo 2,000. Al cierre de este artículo el Minedu ha anunciado que está en negociaciones con el MEF para que sean más becas, pero no saben cuántas más.
Desde que existe el Programa, el MEF lo ha mirado con recelo. No conozco a ningún funcionario que haya pasado por la Dirección General de Presupuesto Público (la que manda en el MEF) y que haya fomentado abiertamente el programa. Ya antes, los gabinetes Zavala y Araoz intentaron reducirlo. Pero, ningún/a Ministro/a de Economia se habia atrevido a expresarse tan impúdicamente como lo ha hecho la actual Ministra Denisse Miralles que ha dicho que Beca 18 es un programa muy caro para el Estado peruano, y que el Minedu deberia reevaluarlo. Como si fuese caro, trabajar para ampliar la educación superior; como si se pudiese calificar como costoso a un programa que llega a lo largo y ancho del país; en el que el 80% de sus beneficiarios son los primeros de sus familias en estudiar en una universidad; y cuyo 53% son mujeres. Como si hubiese que ahorrar en un programa en el que 9 de cada 10 se inserta satisfactoriamente en el mercado laboral. Si al Presidente Jerí le importasen realmente los ciudadanos, cesaría a esa Ministra.
Entendamos por “caro” otros rubros: el aumento sistemático del Presupuesto del Congreso, año tras año; los gastos en defensa para complacer a la cúpula militar; la subida en un 12% para el 2026 de la planilla del Estado; Petroperú es caro y, sin embargo, lo mantenemos. Caros son los millones de soles que perdemos en corrupción cada año, mientras que la Contraloría usa mucho de su tiempo en supervisar el marcado de tarjeta de los servidores públicos.
Beca 18 no es caro, es sumamente valioso, y como Estado ya nos comprometimos a otorgar 20,000 becas en el 2026, por lo tanto, debemos honrar ese compromiso. La educación superior abre la posibilidad para que una familia logre romper sostenidamente el ciclo histórico de la desigualdad.
El Estado peruano debe aumentar, considerablemente, los recursos que dedica a las universidades públicas para que éstas puedan brindar una educación de calidad, y sean una alternativa óptima para los jóvenes becarios, para lo que se deben aumentar las plazas de ingreso. Además, estos jóvenes también deben seguir teniendo la posibilidad de acceder a universidades privadas. Ello no quiere decir que se está financiando a los “privados” en desmedro de lo “público”. Para evitar el malentendido, el Estado podría seleccionar universidades privadas sin fines de lucro como las destinatarias de esos becarios, en las que pague por alumno un monto similar al que invierte en las universidades públicas. Estas becas deben ser comprendidas como una de las estrategias estatales para fomentar el sector educativo, obligación que hoy no se pone en duda; así se financia la demanda.
El mejor indicador del éxito de este programa lo veremos en el mediano plazo cuando los becarios y profesionales de hoy no regresen al círculo de la pobreza. Será un triunfo económico y de un indicador cuantitativo. Pero será mucho más que eso, porque en las relaciones que esos becarios mantienen con sus compañeros universitarios de distintos orígenes sociales; va tejiéndose, de a pocos, la construcción de la Nación, un Perú al fin más integrado.








