Sí, en invierno también necesitas bloqueador solar
- Redacción El Salmón
- 12 jul
- 4 Min. de lectura

Por más que el cielo esté nublado, la temperatura descienda y el sol se oculte tras una espesa neblina invernal, los rayos ultravioleta (UV) siguen golpeando la piel. Es un error común —y peligroso— pensar que el bloqueador solar es exclusivo del verano o de los días soleados en la playa. En realidad, la radiación ultravioleta no toma vacaciones, ni conoce de estaciones.
Radiación UV en invierno: el enemigo invisible
La radiación solar está compuesta por distintos tipos de rayos: los UVA (responsables del envejecimiento prematuro y algunos tipos de cáncer de piel) y los UVB (causantes de quemaduras solares y también implicados en el desarrollo de melanomas). Ambos atraviesan las nubes. Es decir, aunque no veas el sol, la radiación te está alcanzando.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hasta el 80% de los rayos UV puede atravesar las nubes. Además, las superficies reflectantes, como la nieve, el agua, la arena e incluso el asfalto mojado en días fríos, pueden amplificar la exposición, reflejando los rayos solares hacia el rostro y el cuerpo.
Estudios recientes, como los del Instituto Nacional de Investigación en Glaciares y Ecosistemas de Montaña (INAIGEM), advierten que en zonas de alta altitud —como Cusco o Huaraz— los niveles de radiación UV pueden ser aún más peligrosos en invierno debido a la menor densidad atmosférica y a la presencia de nieve, que refleja hasta el 80% de los rayos solares. Incluso en la costa central, como en Lima, los índices UV pueden mantenerse entre moderados y altos.
¿Y en Lima?
En ciudades como Lima, donde el invierno es gris y húmedo, el error de descuidar la protección solar es común. Creemos que porque no sentimos calor, no nos estamos quemando, pero en días nublados, la radiación UVA sigue presente con fuerza, y esta es justamente la más asociada al envejecimiento celular y a mutaciones en el ADN.
Un estudio realizado por el SENAMHI en 2023 reveló que Lima puede alcanzar niveles de radiación UV moderados a altos incluso en julio o agosto, con índices de 5 a 7 en ciertos distritos costeros y del norte de la ciudad. El nivel 6 ya es considerado “alto” y justifica el uso diario de bloqueador solar, gorros, anteojos y ropa protectora.
Bloqueador todo el año: lo que dice la ciencia
La Academia Americana de Dermatología (AAD) recomienda aplicar protector solar todos los días del año, sin importar el clima. Esto incluye invierno, otoño, primavera, días nublados e incluso cuando estamos en casa, cerca de ventanas o pantallas. “Si hay luz suficiente para ver, hay rayos UV”, resume el lema de la AAD.
El cáncer de piel no solo es uno de los más comunes del mundo, sino que ha ido en aumento, en parte por la exposición crónica y no protegida a la radiación solar. El melanoma, el tipo más agresivo, puede desarrollarse tras años de daño solar acumulado, muchas veces sin que el paciente haya sufrido quemaduras severas. Es decir, incluso la exposición leve pero continua sin protección puede dejar una huella genética peligrosa.
Según el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN), cada año se detectan más de 1,500 nuevos casos de cáncer de piel en el Perú, y la mayoría de ellos podrían haberse prevenido con medidas simples, como el uso regular de bloqueador solar.
¿Y si estoy en interiores?
Otro mito que debe desmentirse es que el bloqueador solo se necesita al aire libre. Los rayos UVA atraviesan el vidrio, por lo tanto, si trabajas junto a una ventana o manejas por horas, estás igualmente expuesto. Además, algunos estudios sugieren que la exposición prolongada a la luz azul de pantallas también puede provocar hiperpigmentaciones y daño oxidativo, sobre todo en pieles sensibles o con condiciones como melasma.
¿Qué protector elegir?
En invierno —como en verano— lo ideal es usar un bloqueador con un FPS (Factor de Protección Solar) mínimo de 30, que cubra tanto UVA como UVB (es decir, que sea de amplio espectro). Las fórmulas modernas, en crema, gel o loción, ofrecen opciones para todo tipo de piel, incluyendo las grasas o con tendencia al acné.
Muchas personas evitan el bloqueador en invierno porque creen que es grasoso o innecesario, pero hoy existen productos muy livianos y hasta con color, que reemplazan al maquillaje y protegen al mismo tiempo. Lo recomendable es aplicar el bloqueador cada mañana, 30 minutos antes de salir de casa, y reaplicarlo cada cuatro horas si estamos expuestos o sudamos.
La fotoprotección es un hábito, no una moda
Más allá del cuidado estético, el uso diario de protector solar es una inversión en salud. Previene arrugas prematuras, manchas, pérdida de elasticidad… y salva vidas. El daño solar es acumulativo y silencioso: no lo sientes hasta que ya es tarde.
Incorporar este gesto a la rutina de cada mañana —como cepillarse los dientes o lavarse la cara— marca una diferencia radical en la salud dermatológica a largo plazo.
Tal vez el mayor peligro del invierno es el autoengaño: pensar que el frío nos protege. Pero el invierno, con su manto gris, nos expone sin que lo notemos. La falta de conciencia lleva al descuido, y el descuido, a daños irreversibles.
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