Naomi Klein y Astra Taylor alertan sobre un nuevo fascismo para tiempos de colapso
- Redacción El Salmón
- 2 jun
- 3 Min. de lectura

En su ensayo para The Guardian, Naomi Klein y Astra Taylor, referentes del pensamiento anticapitalista y ecológico, advierten sobre la consolidación de un nuevo tipo de fascismo adaptado al contexto contemporáneo: lo que llaman el “fascismo del fin de los tiempos”. Esta tendencia se manifiesta como una mezcla tóxica de fatalismo climático, supremacismo racial, autoritarismo nacionalista y un libertarianismo tecnocrático encabezado por multimillonarios como Donald Trump, Elon Musk y Peter Thiel.
¿Qué es el “fascismo del fin de los tiempos”?
Este concepto hace referencia a una ideología que asume que el colapso del orden mundial actual —ya sea por el cambio climático, la inteligencia artificial, pandemias u otras crisis sistémicas— es inevitable. Frente a esa visión apocalíptica, no se responde con cooperación o justicia social, sino con separación, dominación y planificación de supervivencia elitista.
A diferencia del fascismo clásico del siglo XX, este no se presenta necesariamente con uniformes o desfiles militares, sino a través de la desarticulación deliberada del contrato social. El objetivo es “salvarse” del caos mediante enclaves privados, autogestionados, blindados contra los problemas del resto del mundo.
Tecnología y evasión: la utopía de las élites
Uno de los puntos más incisivos del texto es la crítica a las llamadas “ciudades de libertad” o “zonas de escape” promovidas por empresarios como Musk y Thiel. Estas iniciativas, muchas veces en alianza con gobiernos autoritarios o bajo el marco de “zonas económicas especiales”, buscan crear microestados regidos por reglas propias, sin regulación ambiental, laboral o fiscal.
Klein y Taylor lo comparan con el neofeudalismo: sistemas donde los multimillonarios serían los señores de feudos tecnológicos, desconectados del sufrimiento humano generalizado. En lugar de liderar una transformación solidaria ante el colapso, construyen bunkers de lujo y financian iniciativas separatistas, como colonias en Marte o urbanizaciones fortificadas en regiones aisladas del planeta.
Trump, Musk y la narrativa apocalíptica
El texto vincula directamente estas ideologías con el resurgimiento del trumpismo. Trump ha instrumentalizado el miedo, el resentimiento y el caos para fortalecer su poder. Desde su retórica nacionalista hasta la creación de estructuras como la Oficina de Remigración para deportaciones masivas, la administración Trump representa un laboratorio para el fascismo contemporáneo.
Elon Musk, por otro lado, es presentado como un profeta del colapso que, en lugar de prevenirlo, lo usa como excusa para desmantelar las instituciones democráticas. Su control de plataformas de comunicación, su desprecio por las regulaciones y su visión escapista de colonización espacial refuerzan esta mentalidad de “sálvese quien pueda”.
Colonialismo climático y supremacismo blanco
Las autoras advierten que esta nueva ideología está profundamente enraizada en una forma de supremacismo blanco, donde los más ricos y poderosos (mayoritariamente hombres blancos del norte global) se ven a sí mismos como herederos de un derecho a sobrevivir, mientras abandonan a las poblaciones racializadas, pobres y del sur global a las consecuencias del desastre.
El “fascismo del fin de los tiempos” naturaliza la violencia, la vigilancia masiva, el desplazamiento forzoso y la concentración del poder económico como respuestas racionales al colapso climático.
Resistencia: un llamado urgente a la acción colectiva
Frente a este panorama sombrío, Klein y Taylor no proponen resignación. Llaman a resistir la lógica del aislamiento y del individualismo extremo, retomando formas de vida comunitarias, democráticas y solidarias. Abogan por modelos políticos inspirados en movimientos indígenas, feministas, ecológicos y anticoloniales que prioricen la interdependencia, la justicia climática y el cuidado.
Para ellas, el mayor peligro no es el fin del mundo, sino el fin de nuestra voluntad de luchar por él. Frente al miedo y el nihilismo, proponen una política de esperanza radical, de reorganización social, económica y ecológica, donde se recupere el sentido de lo colectivo frente al colapso.
El ensayo de Klein y Taylor no es solo un diagnóstico, sino un grito de alarma. Nos pide ver más allá de la superficie de las políticas de Trump o las excentricidades de Musk para reconocer una ideología coherente, peligrosa y emergente. Su advertencia es clara: si no actuamos con urgencia y unidad, este “fascismo del fin de los tiempos” podría volverse el nuevo régimen global dominante.
Comentários