Grecia declara su independencia del Imperio Otomano
- Redacción El Salmón
- 25 mar
- 3 Min. de lectura

Peloponeso, 25 de marzo de 1821. En un acontecimiento que promete alterar el equilibrio de poder en el sudeste europeo, los líderes griegos han proclamado la independencia de Grecia del Imperio Otomano, marcando el inicio de una revuelta armada que busca restaurar la soberanía helénica tras casi cuatro siglos de dominio otomano.
El 25 de marzo de 1821, un grupo de insurgentes griegos liderados por figuras clave como Theodoros Kolokotronis, Giorgos Karaiskakis y el arzobispo Germano de Patras, proclamaron la independencia en un simbólico levantamiento en el monasterio de Agia Lavra, en el Peloponeso. Fue el arzobispo Germano quien, al izar la bandera griega, dio inicio a la lucha contra el Imperio Otomano, un gesto que resonó en toda la región y que encendió la chispa de la Revolución Griega.
Durante siglos, el pueblo griego había permanecido bajo el dominio del Imperio Otomano, desde la caída de Constantinopla en 1453. En este contexto de opresión, surgió un sentimiento nacionalista alimentado por los movimientos liberales de Europa, la influencia de la diáspora griega y las secretas sociedades patrióticas, como la Filikí Etería, fundada en 1814 por Emmanouil Tsouderos y otros miembros, cuyo objetivo era preparar la insurrección.
La insurrección comenzó en el sur de Grecia, pero se extendió rápidamente por otras regiones, incluyendo el Peloponeso y la isla de Psara, donde se organizaron ataques a las fuerzas otomanas. La lucha de los griegos por la libertad fue también apoyada por algunas facciones de la nobleza local, que buscaban una mayor autonomía bajo el Imperio Otomano. Sin embargo, fue el pueblo llano el que más sufrió las consecuencias del yugo otomano y fue también quien encabezó las revueltas.
A la respuesta militar otomana no le fue fácil frenar la resistencia. Las fuerzas del Imperio Otomano, aunque numéricamente superiores, no estaban preparadas para la guerra irregular en el difícil terreno montañoso de Grecia. Ioannis Kapodistrias, quien más tarde sería el primer gobernador de Grecia, también desempeñó un papel importante en el reclutamiento de soldados y en la diplomacia en busca de apoyo externo.
El levantamiento se expandió y se hizo cada vez más violento. Los líderes griegos, como Kolokotronis, conocido por su astucia en la guerra, comenzaron a aplicar tácticas guerrilleras que permitieron resistir a las fuerzas otomanas en la península del Peloponeso. Sin embargo, la guerra fue sangrienta y difícil, con masacres y represalias. La famosa masacre de Chios (1822), en la que miles de griegos fueron asesinados y otros miles fueron vendidos como esclavos, intensificó el deseo de independencia entre los griegos y despertó la simpatía internacional hacia su causa.
Las potencias europeas observaron con interés los acontecimientos. Rusia, que había simpatizado históricamente con los griegos debido a sus lazos ortodoxos, pronto se alineó con los rebeldes griegos. En cambio, Gran Bretaña y Francia, aunque inicialmente reticentes, comenzaron a tomar medidas diplomáticas para proteger sus intereses en la región.
La intervención internacional no se hizo esperar, con el Tratado de Londres de 1827, en el que Gran Bretaña, Francia y Rusia decidieron intervenir militarmente, lo que culminó en la decisiva batalla de Navarino (1827), en la que una flota combinada de estos países destruyó la flota otomana, debilitando considerablemente el control del Imperio Otomano sobre Grecia.
El 25 de marzo de 1821 es un hito importante en la historia de Grecia, pues marca el momento en que el pueblo griego, después de siglos de sufrimiento, decidió alzarse y luchar por su libertad. La Revolución Griega no solo fue un levantamiento contra el Imperio Otomano, sino también una lucha por la preservación de la identidad cultural griega, un retorno a los ideales de la antigua Grecia y una oportunidad de integración en el contexto europeo.
Hoy, la proclamación de independencia sigue siendo una de las fechas más importantes en la historia de Grecia, celebrada con orgullo por los griegos como el día en que finalmente comenzaron a forjar su propio destino. Sin embargo, el camino hacia la independencia total fue largo y difícil, lleno de sacrificios y desafíos, hasta que finalmente, en 1830, Grecia alcanzó su reconocimiento internacional como un estado independiente.
댓글