Descuartizan a Túpac Katari tras audaz levantamiento contra el dominio colonial
La Paz, Bolivia, 14 de noviembre de 1781 – En un impactante acto de resistencia y sacrificio, Túpac Katari, líder indígena aymara, fue ejecutado hoy en la ciudad de La Paz, tras organizar un prolongado levantamiento contra el dominio colonial español. Katari fue condenado a una muerte brutal por desmembramiento, el mismo destino que había enfrentado Túpac Amaru II en Perú unos meses antes, como represalia a la rebelión contra los abusos y la explotación colonial.
Antes de morir, Katari pronunció las palabras que han pasado a la historia: “Me matan a mí solo, pero volveré y seré millones”, expresión que sintetiza la esperanza de un pueblo sometido y oprimido.
Katari, cuyo nombre original era Julián Apaza, se inspiró en la resistencia de Túpac Amaru II, José Gabriel Condorcanqui, quien fue ejecutado el 18 de mayo de 1781 en Cuzco, Perú, luego de liderar un levantamiento que abarcó gran parte de los Andes. Al igual que su contemporáneo, Katari buscaba liberar a su pueblo indígena de los abusos, el trabajo forzado en las minas y los impuestos exorbitantes impuestos por el virreinato del Perú.
En su campaña, Túpac Katari fue apoyado por otros líderes indígenas que compartían su visión, como su esposa Bartolina Sisa, quien jugó un rol fundamental en la organización y logística de las fuerzas insurgentes. Bartolina fue capturada y ejecutada en septiembre de ese mismo año, tras ser brutalmente torturada, en un intento por sofocar la rebeldía indígena. También fue clave en la rebelión Gregoria Apaza, hermana de Katari, quien ayudó a organizar y liderar a las tropas aymaras y quechuas durante el asedio.
Desde marzo de 1781, Túpac Katari y sus seguidores sitiaron la ciudad de La Paz por más de seis meses, bloqueando el acceso a alimentos y otros suministros, lo que puso en jaque a las autoridades coloniales. A lo largo de estos meses, su ejército indígena, que llegó a contar con cerca de 40,000 combatientes, resistió contra ataques de refuerzo colonial provenientes de otras regiones. Pese a su inferioridad en armamento, la disciplina y organización del ejército indígena lograron hacer retroceder a las tropas coloniales en varias ocasiones.
Finalmente, los refuerzos españoles lograron romper el sitio, y Túpac Katari fue traicionado y capturado. Su ejecución busca enviar un mensaje de advertencia a quienes persistan en desafiar el dominio colonial. Sin embargo, su sacrificio, al igual que el de Túpac Amaru II, no ha sido en vano: ambos líderes indígenas han dejado una huella indeleble en la memoria colectiva de los pueblos originarios, inspirando futuras generaciones de líderes indígenas en la lucha por la justicia y la libertad.
Con su muerte, Túpac Katari se une a la larga lista de mártires indígenas que, desde Manco Inca en el siglo XVI, resistieron con valentía la invasión y opresión de los colonizadores españoles. Su legado, junto al de Túpac Amaru II y Bartolina Sisa, perdurará en la memoria de los pueblos andinos, convirtiéndose en símbolos eternos de la resistencia indígena en América Latina.
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