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La Inquisición absuelve a Fray Luis de León tras casi cinco años de encarcelamiento




Toledo, España, 11 de diciembre de 1576. Después de casi cinco años de encierro en las cárceles de la Inquisición, Fray Luis de León, poeta, teólogo y una de las mentes más brillantes del Siglo de Oro español, ha sido absuelto de los cargos que pesaban en su contra. Su detención y posterior juicio se debieron principalmente a acusaciones relacionadas con la traducción al castellano del Cantar de los Cantares, un texto bíblico cuya interpretación estaba estrictamente reservada para el latín, según las disposiciones eclesiásticas de la época.


El arresto y las acusaciones


Fray Luis, catedrático de la Universidad de Salamanca y miembro de la Orden de San Agustín, fue denunciado en 1572 ante el Tribunal de la Inquisición. Sus detractores, entre ellos colegas académicos y clérigos influyentes, lo acusaron de herejía y de desafiar la autoridad de la Iglesia al intentar acercar textos sagrados al pueblo llano mediante sus traducciones. Aunque su obra buscaba facilitar el entendimiento de las Escrituras, fue percibida como un desafío al control dogmático.


Las acusaciones también incluyeron su afinidad con las ideas humanistas, que para algunos sectores de la Iglesia se asociaban peligrosamente con las corrientes reformistas protestantes. Además, se señaló su estudio y uso del hebreo, algo que despertaba sospechas en un tiempo donde la pureza religiosa era vigilada con celo.


Los años en prisión


Fray Luis fue recluido en las cárceles del monasterio de San Marcos, en León, bajo condiciones de aislamiento. Durante este periodo, el poeta no dejó de reflexionar y escribir, aunque muchos de sus manuscritos se perdieron. Los historiadores coinciden en que su encarcelamiento fue un periodo de profunda meditación espiritual, que se reflejaría más tarde en su poesía, caracterizada por un tono sereno y una búsqueda de la armonía interior.


La absolución


El proceso judicial contra Fray Luis fue largo y complicado, marcado por la falta de pruebas sólidas y los enfrentamientos internos en la propia Universidad de Salamanca, donde algunos colegas defendían su inocencia. Finalmente, el tribunal inquisitorial concluyó que no existían fundamentos para condenarlo, y el 11 de diciembre de 1576 se dictó su absolución.


Su regreso a la Universidad de Salamanca estuvo marcado por un momento histórico: al retomar su cátedra de Sagradas Escrituras, Fray Luis pronunció la célebre frase “Como decíamos ayer...”, una muestra de la serenidad y la resiliencia que lo caracterizaron durante toda su vida.


El impacto en su obra y legado


Tras su liberación, Fray Luis de León continuó escribiendo y enseñando, consolidándose como una de las figuras más influyentes del Siglo de Oro. Su poesía, profundamente influida por su experiencia en prisión, refleja una búsqueda de paz interior y una conexión con la naturaleza y lo divino. Obras como La vida retirada y Noche serena son testimonio de su capacidad para transformar el sufrimiento en arte.


El caso de Fray Luis de León es recordado como un símbolo de las tensiones entre el pensamiento humanista y las estrictas normas eclesiásticas de su tiempo. Representa también la lucha por la libertad intelectual en una España marcada por el control religioso de la Inquisición. Su legado perdura como una inspiración para generaciones posteriores, no solo por su obra, sino también por su ejemplo de integridad y resistencia frente a la adversidad.


Una figura inmortal del Siglo de Oro

Hoy, Fray Luis de León es recordado no solo como un brillante poeta y académico, sino como un defensor del entendimiento y la educación. Su historia sigue siendo un recordatorio del poder de la palabra frente a la opresión, y su obra es estudiada y admirada en todo el mundo como uno de los pilares de la literatura española.

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