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Las 5 claves de la victoria de Trump




Más allá de nuestras posturas críticas hacia Trump y las políticas que encarna, es fundamental entender los factores que lo llevaron a la victoria. Su triunfo se cimentó en una estrategia integral: conectó con preocupaciones económicas, movilizó su base con efectividad, atrajo votantes clave y capitalizó errores demócratas. Estos elementos, junto a una narrativa cargada de emociones y promesas de cambio, lograron vencer incluso las críticas más profundas hacia su estilo y propuestas.


1. Descontento económico: un catalizador del voto por el cambio


La economía fue el principal eje sobre el cual Donald Trump construyó su campaña. A pesar de los intentos de la administración de Joe Biden por promover un crecimiento inclusivo y combatir la inflación, la percepción generalizada fue que los estadounidenses comunes no experimentaban mejoras reales en su calidad de vida.

Los altos precios de bienes básicos, la vivienda inaccesible para muchas familias y las tasas de interés elevadas afectaron de manera desproporcionada a los sectores más vulnerables, incluyendo a los latinos. Esto creó una narrativa de frustración y estancamiento que Trump utilizó a su favor, presentándose como el único candidato con un historial comprobado en la creación de empleos y el fortalecimiento económico.

Para comunidades latinas, en particular, este mensaje resonó en dos niveles:

  • La pérdida de estabilidad económica. Familias que habían logrado avances en términos de ingresos durante los años previos a la pandemia sintieron que estos logros se desmoronaban ante la inflación.

  • La promesa de restaurar la prosperidad. Trump se posicionó como alguien que ya había resuelto estos problemas antes, enfatizando su capacidad para atraer inversiones, revitalizar la industria y proteger los empleos locales.


La frase “Make America Great Again” volvió a ser un eje central, adaptada al contexto de 2024, con un énfasis en restaurar la estabilidad financiera en los hogares estadounidenses.


2. Campaña estratégica: movilización efectiva de la base electoral


La maquinaria electoral de Donald Trump demostró ser una de las más efectivas en la historia reciente. Su estrategia no se centró únicamente en los estados tradicionalmente republicanos, sino también en lugares donde los márgenes de victoria eran ajustados, como Arizona, Nevada y Pensilvania.


Trump combinó su retórica polarizadora con un enfoque táctico en la movilización de su base electoral, destacando temas como el patriotismo, la libertad individual y el rechazo a las “élites”. Esto permitió mantener el apoyo de sus seguidores más leales mientras ampliaba su alcance a votantes indecisos.


Entre los votantes latinos, Trump logró conectar con sectores específicos:

  • Evangélicos y conservadores sociales: Este grupo, en crecimiento, valoró la defensa de Trump a la libertad religiosa, su oposición al aborto y su retórica sobre la importancia de los valores familiares.

  • Propietarios de pequeños negocios: Muchos empresarios latinos, especialmente en Florida y Texas, sintieron que las políticas de Trump beneficiarían la economía local y reducirían los costos regulatorios que perciben como obstáculos para el crecimiento.

  • Votantes con miedo al “socialismo”: Trump explotó el temor al comunismo en comunidades cubanas y venezolanas, utilizando términos como “agenda socialista” para describir a los demócratas.

La campaña fue particularmente hábil al adaptar su mensaje a las preocupaciones locales, garantizando una conexión más cercana con los votantes de cada región.


3. Seguridad y control fronterizo: un mensaje polémico pero efectivo


El control de la inmigración irregular y la seguridad fronteriza fueron temas centrales para Trump desde su primera campaña en 2016, y en 2024 no fue diferente. Sin embargo, lo que hizo distinta esta elección fue cómo ajustó su discurso para atraer a votantes que tradicionalmente lo rechazaban.


Para algunos votantes latinos en estados fronterizos como Texas y Arizona, su enfoque sobre seguridad resonó porque ofrecía respuestas a problemas locales. Por ejemplo:


  • Competencia laboral: Trabajadores en sectores como la construcción y el comercio informal temen que la inmigración irregular pueda saturar el mercado laboral y reducir los salarios.

  • Crimen y tráfico de drogas: Trump enfatizó la necesidad de fortalecer la seguridad en la frontera para combatir el narcotráfico y las pandillas. Aunque este discurso puede ser polarizador, encontró eco en comunidades latinas preocupadas por la violencia vinculada a estas problemáticas.


Aunque los demócratas intentaron promover una política de inmigración más humana, esto no fue suficiente para contrarrestar las preocupaciones de seguridad económica y física que Trump logró enmarcar como prioritarias.


4. Debilidad demócrata: desconexión y falta de movilización


El Partido Demócrata enfrentó problemas significativos para conectar con ciertos segmentos del electorado. En particular, la campaña de Kamala Harris no logró generar el mismo entusiasmo que la de Biden en 2020. La falta de un mensaje unificador y la incapacidad para responder con claridad a los problemas económicos jugaron en su contra.


Entre los latinos, uno de los mayores errores demócratas fue asumir que el apoyo sería automático, sin esfuerzos significativos para abordar sus preocupaciones específicas. Por ejemplo:


  • Falta de representación cultural: Los mensajes de campaña no lograron reflejar la diversidad de experiencias dentro de la comunidad latina.

  • Poca atención a estados clave: En Arizona y Nevada, los demócratas no movilizaron suficientes votantes jóvenes y trabajadores latinos, lo que permitió a los republicanos ganar terreno.

  • División interna: Las tensiones entre el ala progresista y el ala moderada del partido proyectaron una imagen de desunión, haciendo que muchos votantes indecisos optaran por Trump como una alternativa más clara.


Los republicanos, en cambio, aprovecharon estas debilidades para presentar a Trump como el líder fuerte y decidido que podía ofrecer soluciones concretas.


5. Narrativa antiélite: el magnetismo de la polarización


Uno de los mayores éxitos de Trump fue mantener su imagen como un outsider, alguien que lucha contra el sistema en nombre del pueblo común. Este mensaje tuvo una gran resonancia en un momento en que muchos estadounidenses sentían desconfianza hacia las instituciones, desde el Congreso hasta los medios de comunicación.


Incluso entre ciertos sectores latinos, esta narrativa tuvo impacto. Algunos vieron en Trump una figura que hablaba de manera directa y representaba una ruptura con las políticas tradicionales que no habían producido mejoras visibles.


  • Rechazo a las élites políticas: Trump presentó a los demócratas como parte de un sistema corrupto y distante, mientras se mostraba a sí mismo como alguien más cercano a las preocupaciones reales de los estadounidenses.

  • Uso de redes sociales y medios alternativos: Trump mantuvo su presencia en plataformas digitales que favorecen mensajes simplificados pero poderosos, llegando a audiencias descontentas con los medios tradicionales.


La polarización fue un arma de doble filo que, lejos de alejar votantes, consolidó una base aún más leal y motivada.


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