Bastardos sin gloria

I

El Congreso, al abrigo de sombras y apuros,

dictó amnistía para mandos turbios.

Militares y policías con causa pendiente,

ahora caminarán de nuevo entre la gente.

Les limpian las manos, les lavan la historia,

sepultan los muertos, malditos sin gloria.

II

Ayacucho doliente, Putis, Accomarca,

sus gritos no alcanzan la fría bancada.

La ley dice “paz”, pero en su trasfondo

hay pactos infames y silencios sin fondo.

No es reconciliación, sino arreglo entre poderosos,

justicia es lo que pide el pueblo furioso.

III

Nos hablan de ancianos, de salud quebrada,

pero ignoran la voz de la patria arrasada.

Dicen que es “justo” borrar los delitos,

aunque sigan sin hallarse cuerpos benditos.

La justicia no es venganza ni rencor,

es memoria que busca un poco de honor.

IV

Y mientras liberan al poder uniformado,

al doctor Gamero lo tienen encerrado.

Por ejercer su oficio con independencia,

por no arrodillarse, por su disidencia.

Aunque el Alzheimer avanza, feroz en su trayectoria,

no puede doblegar su rebelde memoria.