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Panamá rompe relaciones con Estados Unidos tras violentos enfrentamientos en la Zona del Canal




Ciudad de Panamá, 10 de enero de 1964 – En un acto histórico que sacude las relaciones diplomáticas de América, Panamá ha anunciado oficialmente la ruptura de relaciones con los Estados Unidos. Esta decisión, tomada por el presidente Roberto Chiari, surge tras dos días de violentos enfrentamientos entre ciudadanos panameños y tropas estadounidenses en la Zona del Canal, dejando un saldo de más de 20 muertos y cientos de heridos.


El conflicto: soberanía nacional y un símbolo de opresión


La tensión entre Panamá y Estados Unidos no es nueva. Desde la firma del Tratado Hay-Bunau Varilla en 1903, que cedió el control del Canal a los estadounidenses, los panameños han vivido bajo la sombra de una presencia extranjera que ha limitado su soberanía. La Zona del Canal, un territorio de 16 kilómetros de ancho que divide el país, ha sido durante décadas símbolo de desigualdad y ocupación.


El detonante de los recientes enfrentamientos fue aparentemente insignificante, pero cargado de simbolismo. El 9 de enero, estudiantes panameños del Instituto Nacional marcharon hacia la Escuela Secundaria de Balboa, ubicada en la Zona del Canal, con el propósito de izar la bandera panameña junto a la estadounidense, en cumplimiento de un acuerdo bilateral de 1962 que establecía que ambas banderas debían ondear juntas.


Sin embargo, la negativa de los estudiantes estadounidenses residentes en la zona a permitir el acto desató una trifulca. La bandera panameña fue rasgada durante el altercado, provocando la indignación generalizada del pueblo panameño, que vio el incidente como una afrenta a su dignidad nacional.


El estallido: violencia y resistencia


Lo que comenzó como una protesta pacífica se transformó rápidamente en un enfrentamiento generalizado. Miles de panameños salieron a las calles, enfrentándose a las tropas estadounidenses que controlaban la zona. Durante horas, los manifestantes lanzaron piedras y gritaron consignas en defensa de la soberanía, mientras las fuerzas estadounidenses respondían con gas lacrimógeno y disparos.


La violencia escaló, extendiéndose a las áreas circundantes. Los hospitales de Ciudad de Panamá se llenaron de heridos, mientras las calles se teñían de sangre. Las imágenes de los muertos, muchos de ellos jóvenes estudiantes, han conmocionado al país y al mundo.


La respuesta del gobierno panameño


En un mensaje transmitido en cadena nacional, el presidente Roberto Chiari calificó los hechos como una violación a la soberanía y un desprecio a la vida de los panameños. Acto seguido, anunció la ruptura de relaciones diplomáticas con los Estados Unidos, convirtiéndose en el primer mandatario latinoamericano en tomar una decisión tan drástica en defensa de la dignidad nacional.


Chiari exigió una investigación internacional sobre los incidentes y responsabilizó a Estados Unidos por los actos de violencia. “Panamá no tolerará que su bandera sea ultrajada ni que su pueblo sea masacrado en su propia tierra”, declaró con firmeza.


Antecedentes del conflicto


La relación entre Panamá y Estados Unidos siempre ha estado marcada por la desigualdad. Desde la construcción del Canal, los panameños han sido excluidos de los beneficios económicos generados por esta obra monumental. La Zona del Canal, administrada como un enclave estadounidense, se convirtió en un constante recordatorio de la subordinación panameña.


En los años previos, las tensiones se habían intensificado. Movimientos nacionalistas exigían la revisión del tratado de 1903, mientras las protestas se volvían cada vez más frecuentes. En 1962, el acuerdo de izar ambas banderas parecía un gesto de buena voluntad, pero los recientes hechos han demostrado que el conflicto estaba lejos de resolverse.


Impacto internacional y futuro incierto


La ruptura de relaciones ha generado reacciones en todo el continente. Países latinoamericanos han expresado su solidaridad con Panamá, mientras que Estados Unidos enfrenta críticas por su manejo del conflicto. En las Naciones Unidas, la comunidad internacional observa de cerca el desarrollo de los acontecimientos, conscientes de que este incidente podría sentar un precedente en las relaciones entre potencias y países más pequeños.


A nivel interno, el pueblo panameño se mantiene unido en su rechazo a la ocupación estadounidense. Las manifestaciones en defensa de la soberanía no cesan, mientras los líderes nacionales llaman a mantener la lucha pacífica pero firme.


Un hito en la historia de Panamá


El 10 de enero de 1964 quedará grabado como un día de resistencia y sacrificio. Las calles de Ciudad de Panamá son hoy testigos de un pueblo decidido a reclamar lo que le pertenece: su tierra, su bandera y su dignidad. Aunque el futuro es incierto, una cosa es clara: Panamá no se detendrá hasta recuperar su soberanía total sobre el Canal.

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