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14 mil años de historia y 14 años de incapacidad: la paradoja del Ministerio de Cultura




El ministro de Cultura, Fabricio Valencia, afirmó que el Perú tiene "14 mil años de historia", resaltando así la riqueza cultural del país, durante el II Encuentro Regional de Culturas Vivas ‘Apu Tusuy 2025 - Costumbres que nos unen’. Sin embargo, esta declaración difiere con una realidad insoslayable: el Ministerio de Cultura, con 14 años de creación, no ha demostrado la capacidad de gestionar eficazmente nuestro vasto legado cultural.


En su intervención, el ministro también expresó: "En 14 mil años de presencia de la especie humana en esta parte del mundo, es la primera vez que una dama dirige el destino de todos los peruanos, lo cual nos llena de mucho orgullo". Sin embargo, esta afirmación no solo ha sido cuestionada por historiadores y especialistas, sino que también refuerza la desconexión entre el discurso oficial y la gestión cultural real del país; invisibilizando a grandes lideresas que ejercieron un rol protagónico en la política, dirigiendo procesos sociales y militares de gran trascendencia en el Perú.

Además, figuras como la Dama de Cao, quien ejerció un rol de liderazgo en la cultura Moche, como lo evidencia su tumba con atributos de poder, sugiriendo que tuvo una influencia política, religiosa y social en su comunidad, hace más de 1500 años, demuestran que el liderazgo femenino no es un fenómeno reciente en nuestra historia.


El reconocimiento de la profundidad histórica del Perú no basta si no va acompañado de políticas públicas eficaces que protejan, difundan y potencien el patrimonio cultural. La creación del Ministerio de Cultura en 2010 respondía a la necesidad de contar con una entidad que garantizara la salvaguarda del patrimonio material e inmaterial del país.


No obstante, en poco más de una década, la institución ha sido objeto de constantes críticas por su limitada capacidad de gestión, su burocracia ineficiente y su escaso presupuesto en relación con la magnitud de su responsabilidad.


El contraste entre la afirmación del ministro y la realidad institucional es alarmante. Si bien el Perú ostenta una de las tradiciones culturales más antiguas del mundo, las iniciativas para su protección y promoción son escasas y, en muchos casos, reactivas en lugar de preventivas.


Sitios arqueológicos abandonados, museos con carencias estructurales, programas culturales sin financiamiento sostenible y la falta de estímulos para la investigación son solo algunos de los síntomas de un ministerio que no ha logrado consolidar una política cultural coherente y efectiva.


Además, la referencia a los "14 mil años de historia" se torna irónica cuando se observa la fragilidad con la que el Estado protege la memoria del país. Casos emblemáticos, como la precariedad en la gestión de sitios arqueológicos de relevancia mundial o la invisibilización de figuras históricas clave, evidencian la falta de planificación y visión estratégica en el sector cultural.


Es imperativo que el Ministerio de Cultura supere la retórica y pase a la acción. Reconocer el legado cultural del país no debe limitarse a discursos grandilocuentes, sino traducirse en políticas públicas sostenibles, en un presupuesto acorde con la responsabilidad asumida y en una gestión eficaz que garantice la preservación y promoción del patrimonio. De lo contrario, seguiremos viendo cómo se celebra la historia sin asegurar su futuro.


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